2 de junio de 2008

La asociación Puentes de Papel – Foro de Escritores ha puesto a tu disposición este blog.
Si deseas hacer preguntas a la autora de “Escombros” o a cualquiera de los ponentes que participaron en la presentación de este libro... éste es el lugar.
Si tienes dudas sobre algún pasaje, escena o detalle de la novela y quieres aclararlo... éste es el lugar.
Si simplemente quieres dejar tu opinión, hablar de tus impresiones sobre lo que has leído o charlar con otros lectores... éste es el lugar.
Este blog se ha creado para ti y esperamos que disfrutes de él.

Comentarios SARA BRASSÓ

Lo primero que quiero hacer es daros las buenas tardes y muchas gracias por estar aquí; sé que es un día de diario, que estáis cansados, que venís con todo el estrés del trabajo y sé que habéis hecho un tremendo esfuerzo por estar aquí acompañando a Eva en una tarde tan importante como ésta. De verdad que vuestra presencia es muy importante para nosotros y os lo agradecemos mucho.

Hay un proverbio oriental que dice que todo ser humano debe hacer tres cosas en la vida: plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Yo os puedo decir que escribir un libro y tener un hijo se parecen mucho, tienen muchos puntos en común. Los que escribimos tenemos el momento de la “concepción”, que es el instante en el que la inspiración penetra en nuestra mente y, sin saber muy bien por qué, nos deja embarazados de una historia. Luego esa historia se va “gestando” en nuestro interior; puede durar 9 meses, un año o varios en tomar forma y, finalmente, aparece una “criatura” que es un libro. Ahora mismo estamos asistiendo al nacimiento de la criatura de Eva.

Los libros, al contrario que los hijos, no crecen, no evolucionan, no adquieren una personalidad propia ni se marchan de casa -los que se marchan, porque hoy en día creo que los hijos tampoco se marchan de casa con facilidad...- pero siempre están junto a nosotros, permanecen y siempre nos acompañan. Este libro de Eva ha nacido solo. Como véis, aquí estamos sólo escritores, no hay ningún editor. No hay nadie que esté apoyando a este libro recién nacido. Existe la creencia de que en este país puede publicar cualquiera, que es algo sencillo, pero nosotros os decimos, por la experiencia que tenemos, que eso no es cierto. En este país publican solamente los escritores ya consagrados, los que tienen contactos con las editoriales o los famosos de turno. Pero los que empezamos, los noveles, realmente lo tenemos muy difícil; estamos totalmente al margen del mercado editorial porque éste se mueve por intereses económicos y hay determinados escritores que no interesan y están al margen.

Algunos de nosotros nos hemos cansado de enviar nuestros manuscritos, de que no nos lean, de que nos ignoren... y hemos decidido unirnos en una asociación para sacar a la luz estos libros que de otro modo se quedarían en el cajón. Ése es el sentido de la asociación que hemos creado, que se llama Puentes de Papel y de la que Eva es una de las cofundadoras. La finalidad que tiene esta asociación es la de apoyar y aconsejar, e intentar que estos libros puedan salir fuera con los pocos medios que tenemos.

Por eso vuestra presencia aquí hoy es doblemente importante, porque a estos libros, que están solos, les hacen falta padrinos, como a todo recién nacido, y vosotros váis a ser esos padrinos. Intentad, si os gusta este libro, no dejarlo en la estantería, regaladlo, recomendadlo... vosotros sois nuestros publicistas, nuestro departamento de marketing, sois nuestros distribuidores. Por eso yo os rogaría que, si os ha gustado el libro, no lo dejéis dormir; siempre hay alguien que te dice “¿cuál es el último libro que has leído?”, “pues Escombros”, y lo dáis, lo prestáis, porque es la única forma de que este libro se abra camino, y hay mucha magia en los libros que caminan solos. El boca-oído funciona muy bien, lógicamente no como si estuviera en los escaparates de El Corte Inglés o de La Casa del Libro, pero sí termina abriéndose camino y siendo leído por el mayor número de personas posible, que es a lo que nosotros aspiramos. Ninguno de los escritores que formamos Puentes de Papel vivimos de los libros, vivimos de nuestro trabajo, pero uno no escribe un libro para guardarlo en un cajón sino para que la gente los lea.

Ahora vamos a mostraros un vídeo para que os dejéis impregnar de la atmósfera que va a introducir el ambiente en el que se desarrolla el libro que ahora Alicia y Marc os van a presentar, así que relajaros y disfrutar de las imágenes y del sonido.

(se procede a la proyección del vídeo)

Comentarios de ALICIA ALBARES

Me gustaría empezar diciendo que, si hubiera que buscar una palabra para definir “Escombros”, yo diría directamente el nombre de la autora. Parece un tópico decir que los libros tienen mucho de los autores que los escriben, y efectivamente es así, pero hay determinados libros que son más bien historias que queremos contar para divertirnos, para pasarlo bien, porque disfrutamos escribiendo... y hay otros libros que, en cambio, son mecanismos que nos sirven para expulsar nuestros propios demonios, son vehículos para nuestro propio conocimiento, incluso son diarios escritos de una vida.

En el caso de “Escombros”, creo que es el libro más personal de Eva; he leído sus otras novelas y creo que éste es el que más refleja lo que ella siente, lo que ella cree y, sinceramente, creo que es un espejo de ella misma. Por tanto creo que es su libro más importante porque no es simplemente una historia, es una historia disfrazada de ficción y de fantasía pero que tiende un puente hacia el alma de Eva; eso es algo que habría que valorar como lo que es.

Centrándome un poco más en el contenido del libro, voy a hablar de lo que ha aparecido en las imágenes. Las constantes que aparecen en “Escombros” ya las habíamos visto en “Espacios rotos” y en “El espejo de Fernando”; una de ellas es la importancia de la Historia, del pasado, la Historia como un camino andado que condiciona el presente. En el caso de “Escombros” los personajes están constantemente envolviendo esa historia y la Historia les envuelve a ellos. A medida que avanzan los capítulos, de alguna forma la Historia adquiere verdadera forma y sentido, dándole sentido a la novela. En “El espejo de Fernando” la historia que nos contaba tenía que ver con la época medieval, con la crudeza y el misterio de esa época; en cambio aquí la historia se condensa en una ciudad que fascina a Eva desde siempre, que es Berlín, pero es un Berlín muy especial, no es un Berlín independiente, es un Berlín de la guerra, tamizado por un cristal desde el que se mira, que tiene colores casi cinematográficos, podría decir que es un Berlín con una riqueza casi épica, parece que esté en blanco y negro (como hemos visto las imágenes), curiosamente el libro refleja esos colores. Es muy especial y a parte es un Berlín que teje muchas otras cosas, porque no es solo el marco sino que además es el caldo en el que se gesta toda la historia, el caldo primigenio; al final de la historia nos damos cuenta de que todo ha surgido en Berlín. No quiero desvelar el final pero quiero que se sepa que, lo que parece ser solo un marco, al final es el objetivo de todo.

Por otro lado, Berlín sirve para fragmentar el tiempo. La fragmentación espacio-temporal es otra de las constantes que vemos en la obra de Eva y, en este caso, ocurre igual, es decir, Berlín sirve para que de repente el presente desaparezca y nos vayamos al pasado; nos vamos al pasado de una forma que no habíamos hecho hasta este momento, las otras obras de Eva también nos trasladaban de una realidad a otra pero es en esta novela donde lo hace de una manera más fluida, como si fuera el pensamiento, a través de un cambio de párrafo, un cambio de una coma, se nos permite viajar de un lugar a otro con una fluidez que, además, no nos provoca confusión. En todo momento sabemos si estamos en el presente o en el pasado, con lo cual yo pienso que, a nivel formal y narrativo, “Escombros” ha alcanzado una madurez que no tenían el resto de sus obras, aunque en ellas ya se veía lo que después llegaría a ser “Escombros”, lo que es el colofón de una etapa y de unas constantes.

Por otro lado también hay que destacar de esta obra cómo se construye el suspense. Desde el primer momento el lector ve que los personajes son duales; el lector lo sabe, pero ellos mismos no lo saben. Esto va a crear una expectativa que provoca que, cuando esos personajes descubren su destino, descubren el sentido de todo lo que les está pasando, las expectativas del lector se quedan colmadas. El suspense está construído casi cinematográficamente.

También me gustaría hablar de otra de las palabras que aparecen en la presentación y que es muy importante en las obras de Eva; es la idea del Destino. Todos los personajes tienen algo que cumplir, aunque ellos no sepan exactamente qué es. El destino deja de ser una casualidad y se convierte en causalidad. La aparición de algunos personajes secundarios puede parecer anecdótica, pero a medida que avanza la historia nos damos cuenta de que en realidad están ahí por algo, forman parte de una especie de engranaje mecánico que da sentido a toda la historia y al final todos cumplen un rol, sobre todo a la hora de que los protagonistas descubran qué papel tienen que jugar.

A nivel formal también me gustaría destacar la evolución que supone “Escombros” a nivel narrativo, a nivel lingüístico incluso. El estilo sencillo que habíamos visto, por ejemplo, en “El espejo de Fernando”, se ve aquí ampliado, es decir, las palabras no pierden su contenido, pero Eva se permite el lujo de recrearse en ellas. Por primera vez yo creo que ella misma está disfrutando con lo que cuenta. Las palabras cobran una sinestesia, llega un momento en el que olemos cosas, notamos la humedad de la lluvia, por ejemplo en la Sevilla de “Escombros”, donde está siempre lloviendo. Tiene la capacidad no solo de construir un universo sino que consigue que se nos derrumbe la realidad cotidiana en la que estamos. A mí me ha pasado algo muy curioso, y es que lo mismo que les sucede a los personajes (que en un momento dado su presente desaparece y viajan directamente al pasado) eso mismo nos ocurre a los lectores, es decir, nos imbuhímos tanto en el universo de ficción que crea Eva, que se nos olvida que estamos en nuestra propia realidad.

Para terminar, me gustaría comparar la novela “Escombros” con el anillo que los sultanes turcos regalaban a sus amantes, y que estaba hecho de muchas piezas que encajaban perfectamente; esas piezas son muy hermosas separadas, pero no tienen armonía hasta que no se unen en una sola y es entonces cuando realmente brilla. A la novela de Eva le pasa igual, son muchas partes que no tienen sentido hasta que no se juntan, y están perfectamente ensambladas.

Comentarios de MARC HERMANS

Como director de arte trabajo con conceptos, y para eso he tenido que aprender a ver las cosas conocidas como si fueran desconocidas. Marcel Proust decía: “El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en tener nuevos ojos.” Según mi interpretación, esto quiere decir que tenemos que abrirnos a nuevas posibilidades, renovar nuestra curiosidad, ver las cosas conocidas como si fuera la primera vez que te cruzas con ellas. Sin embargo solemos ir por el lado contrario. Criticamos mucho, pero no somos suficientemente críticos con la información que nos llega. No cuestionamos demasiado lo que nos cuentan en los periódicos o en la tele, y si lo cuestionamos alguna vez, lo hacemos a través de gafas de cierto color político, social o cultural. Por esa razón creemos conocer verdades que nunca se probaron y descartamos posibilidades por las mismas creencias sin siquiera investigarlas.

Ahora, cuando se quiere tratar un tema difícil, como la guerra o la reencarnación, no basta con quedarse en la superficie. Hay que estar dispuesto a bajar a las profundidades de la naturaleza humana y hasta explorar terrenos desconocidos y experimentales. Con “Escombros”, Eva ha sabido unir varios elementos de ese tipo. Por lo tanto es un libro que espera del lector que se esfuerce un poco con su capacidad de observación, sus sentimientos, su voluntad y sus pensamientos, para entender y apreciar a los personajes con todos sus defectos y equivocaciones, pero también por lo siguiente:

De uno de los temas que trata el libro quiero dar una pequeña introducción, más que todo porque mucha gente tiene una idea erronea de éste, a causa de los muchos prejuicios y la falta de información exacta e imparcial. La idea de la que hablo se ve reflejada en el subtítulo del libro: “Caminos del Pasado – Cimientos del Presente”.

Todos hemos oído hablar de la palabra Reencarnación, pero pocos han profundizado en su verdadero significado, y menos en si podría ser una posibilidad real o no, pero ¿por qué no podría serlo? Quizá no de la forma que conocen en India, según la cual nos podemos convertir en los animales que ya casi somos en esta vida, porque seguramente sería ahora el cerdo la especie dominante en este planeta. Pero en la mayoría de las religiones se habla de algún tipo de reencarnación, y hasta Platón lo menciona alguna vez en sus escritos. Si no hay suficientes pruebas ni en contra ni a favor como para poder decir con certeza si es una opción válida o no para entender la vida, y una mente tan grande como la de Platón la toma suficientemente en serio como para escribir sobre ella, ¿quiénes somos nosotros para descartarla como posibilidad?

Para mucha gente el problema está en que no recuerdan nada de sus posibles vidas anteriores, y lo ven como prueba de que no existe la reencarnación, pero me podría imaginar un montón de razones por las que esto funciona así. Imaginaos por un momento que estáis andando por un paisaje accidentado. Salís de un valle subiendo la colina y, una vez arriba, bajáis por el otro lado en un valle hasta entonces desconocido. En cuanto empezáis a bajar perdéis de vista el paisaje del que habéis salido. Evidentemente nos acordamos del valle anterior, aunque poco a poco perderemos los recuerdos que nos parecen menos importantes, pero ¿y si nuestra memoria de vidas anteriores fuera como nuestra vista? Una vez que el valle anterior está fuera de nuestro alcance visual, ya no nos acordaríamos de él, ni del camino que hemos seguido para subir la colina que ahora estamos bajando. Sin embargo notaríamos el cansancio en las piernas por haberla subido.

Lo último nos enseña otro aspecto que no nos suele gustar, pero que va unido a la idea de la reencarnación: Suele llamarse Karma o Destino.

Estamos bajando la colina y sentimos ese cansancio “inexplicable” por no acordarnos de haberla subido antes en el otro lado, y nos quejamos por ello, pero quizá no nos quejaríamos si nos acordáramos de la subida anterior. Imaginaos que, sin ser conscientes de ello, lleváramos con nosotros el conocimiento del paisaje que hemos dejado atrás, el cansancio de la subida y las emociones que nos ha provocado el recorrer todo este camino; así traeríamos con nosotros el karma de nuestras vidas anteriores, que nos afectaría en la vida presente sin saber conscientemente de dónde viene. Si recordáramos “los valles anteriores” y “las subidas y bajadas” que hemos recorrido hasta llegar aquí, todo podría tener más sentido, además podríamos hacer un buen plan de viaje, sabiendo que estamos en un camino mucho más largo de lo que en principio ven nuestros ojos. Y aquí es donde entra de nuevo Marcel Proust, aunque esta vez a un nivel más profundo, y quizá deberíamos entender sus palabras de forma más literal:

“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en tener nuevos ojos.”

Espero que esta pequeña charla filosófica os haya abierto la mente para la posibilidad de lo que se describe en “Escombros”, y que os sirva para introduciros en las profundidades de esta historia.

Comentarios SARA BRASSÓ (II)

Ahora vamos a hablar un poco con y de Eva, que es la verdadera protagonista de esta tarde. La mayoría de vosotros conocéis a Eva como una mujer callada, frágil... unos la conocéis como compañera de trabajo, otros la conocéis como amiga, otros como pariente, pero detrás de todo eso hay una Eva desconocida para todos vosotros que es la Eva que escribe, la Eva escritora.

Con su aspecto de fragilidad, de timidez, Eva esconde una voluntad de hierro que se forjó cuando era muy niña, y desde muy niña está escribiendo; la escritura es su vocación, es su pasión, y es lo que da sentido a su vida. Cuando leáis “Escombros”, los que la conocéis bien váis a ver reflejadas muchas cosas de su propia vida y de su experiencia. Pero en cualquier caso lo que sí váis a descubrir es a una mujer poderosa, una mujer fuerte, segurísima de sí misma y de lo que escribe, váis a descubrir a una persona totalmente diferente a la que creíais conocer. A mí me ha pasado, me ha dejado totalmente sorprendida con sus novelas, no me esperaba encontrar ese inmenso tesoro que se encierra en los libros de Eva.

Sólo me queda deciros, antes de dar paso a que ella hable, que para mí es un placer y un orgullo no sólo ser su amiga sino también estar con ella codo a codo en esta aventura que hemos emprendido de la asociación Puentes de Papel, y decirle que siga escribiendo, que siga dando a luz estos pequeños bebés que podemos compartir todos porque, a pesar de la falta de tiempo, a pesar de los cambios de planes, hay algo que no podemos olvidar y que no podemos dejar de hacer, que es escribir, sobre todo para quienes la escritura forma parte de nuestra vida como la respiración, la vista o el oído.

(se procede a la entrevista a la autora)

Breve entrevista a EVA LARA

(Entrevista Sara Brassó a la autora de “Escombros”)

SARA BRASSÓ: ¿Cómo surgió la idea de esta novela, “Escombros”?

EVA LARA: La idea surgió básicamente con una imagen y con una pregunta. La imagen
es una que me ha perseguido durante muchos años y con la que todavía no me había puesto cara a cara, es la de una ciudad devastada, destrozada, que en este caso es Berlín. La pregunta tiene que ver con lo que ya os habréis imaginado; yo creo en la reencarnación -espero que en ese sentido Marc os haya abierto un poco la mente a esta posibilidad-, y lo que me pregunté fue: unas personas que hubieran vivido una situación tan dramática como lo es la guerra -la II Guerra Mundial, sobre todo el final y en un escenario tan clave como es Berlín-, no sólo qué vivencias sino qué karma habrían acumulado para llevarlo a sus vidas posteriores. Yo pienso que esto del karma, del destino, de la reencarnación, sirve para aprender, y una guerra es una imagen clara de algo que no se está aprendiendo, de algo que no se está haciendo bien; entonces, estas personas, qué no habrían aprendido en esas vidas y qué karma llevarían a sus vidas posteriores. Esto es lo que me pregunté, empecé a tirar del hilo, fueron surgiendo los personajes y con ellos la historia. Lo que resultó de esto fue “Escombros”.

S.B.: ¿Tuviste alguna referencia real a la hora de crear los personajes?

E.L.: Normalmente no utilizo personas “completas” de la vida real. Me explico: con “completas” me refiero a todo lo que es la persona; puedo coger un gesto de una persona, una forma de expresarse de otra, puedo coger un temperamento, una mirada, una forma de andar... lo que sea. Tengo personajes para los que tomo un sólo gesto y todo lo demás es imaginario, o un personaje que tiene tu mirada, tu forma de hablar y no sabemos qué más, el resto inventado. Luego están los personajes que -la mayoría en el caso de “Escombros”- salen de la nada... bueno, de "la nada" no, los que estamos en esta mesa sabemos que de la nada no sale ningún personaje, en realidad sale de todo lo que tiene dentro el que escribe. Por eso se dice que todos los personajes que aparecen en un libro, todos, tienen algo del autor, unos más y otros menos porque, en realidad, aunque cojamos esto y aquello de una persona real y de otra y, por mucho que nos inventemos, al final terminamos de configurar a los personajes con lo que tenemos dentro, que a fin de cuentas es lo que nos configura a nosotros mismos; con nuestros deseos, nuestro pasado, nuestros miedos, nuestros anhelos, etc... con todo esto. En “Escombros”, no voy a decir qué ni de quién, hay personajes que tienen algo de personas reales, pero por supuesto nunca son completas.

S.B.: ¿Hay algún proyecto? Me suena que hay por ahí un guardián que se está gestando lentamente... ¿Cómo va eso?

E.L.: Yo siempre estoy escribiendo. Tengo una novela ya terminada, se llama “El guardián del umbral”, la terminé aproximadamente hace un año y ya está en corrección. Algunos de vosotros ya sabéis que dejo la novela reposar un tiempo, unos meses, un año... después la vuelvo a coger y la paso varias veces por corrección (ortotipográfica, estilística) y luego ya la pulo. Ésta está, como dije, en la fase de corrección, y me imagino que estará lista para dentro de un año.
También he empezado a escribir otra, que es “El iniciado”; ésta es una especie de continuación de “El guardián del umbral”. No suelo utilizar dos veces un personaje, ni suelo hacer segundas partes porque no me gusta, pero había un personaje en “El guardián del umbral” -que ya llegará y ya lo conoceréis- que aún tenía mucho que decir, pero no quise que lo dijera en esa novela porque hubiera empañado demasiado al personaje principal, así que le he dado una nueva historia, que es “El iniciado”. Ésta no sabemos cuándo se terminará ni cuándo llegará.

S.B.: ¿Quieres decir algo más antes de terminar?

E.L.: Sí, quiero agradecer a mis compañeros de mesa todo este apoyo, y os quiero agradecer a todos vosotros (dirigiéndose a los asistentes) que hayáis venido; sabéis que esto es muy importante para mí y me siento muy apoyada desde esa parte de la sala. Espero que os guste “Escombros”, que lo disfrutéis, que os resulte interesante y... que me lo digáis. Muchas gracias a todos.